resumen
Entrevista a Salvador Guillermo, Secretario general adjunto de Fomento del Trabajo, para preguntarle sobre la situación de la economía en tiempos de crisis sanitaria y económica para el nuevo coronavirus.
¿Cuál ha sido y es la factura a la economía española y catalana de la Covid-19 y de las medidas de contención? ¿Cómo cree que evolucionará la economía en los próximos meses?
La factura es muy significativa. Además, y a diferencia de otros países cercanos, la caída de empleo es muy intensa en nuestro país, y por tanto, hay que añadir que si no se adoptan las medidas de apoyo adecuadas podemos tener también una crisis social. Igualmente, todas las previsiones señalan la futura mejora, toda vez que esta segunda tanda de la pandemia puede reducir esta recuperación, una vez acabado el confinamiento.
¿Cómo vamos a salir de aquí? ¿Qué hay que hacer para remontar lo mejor y más pronto posible?
Debemos ser conscientes de que la crisis es profunda, pero también temporal, por las restricciones de la actividad y la movilidad. Por todo ello, es imprescindible dar el máximo apoyo posible a la economía y los sectores afectados por parte del sector público, para que recuperen rápidamente, una vez superada la crisis sanitaria, la velocidad de crecer que tenían antes. No hay que olvidar que otros países han dado más ayudas directas, y también más líneas de crédito.
¿Habrá una evolución en la estructura económica de nuestro país? ¿En qué sentido?
Todo cambio supone la necesidad de adaptación. La anterior crisis, que fue inmobiliaria, supuso una fuerte caída de la actividad del sector. Aquí hay cambios más estructurales, derivados de una mayor digitalización, que afectará al comercio, la enseñanza o la sanidad, entre otros, donde la vía digital entra de forma acelerada. También afecta al factor de sostenibilidad ambiental. Por ejemplo, hay que prever una mayor actividad en rehabilitación, especialmente con las ayudas por los temas de eficiencia energética.
¿Cuáles son las debilidades más significativas de nuestra economía en la situación actual? ¿Y las fortalezas?
Una de las debilidades, podría ser, la falta de gobiernos fuertes, que siempre son necesarios, y aún más en momentos delicados. Por eso el clamor a todas las fuerzas políticas para la búsqueda de un gran acuerdo (en el que todos pierden para ganar todos), sin apriorismos que dificulten el diálogo, negociación y pacto. Si no es posible en todos los ámbitos, al menos que lo sea en la Agenda económica y social para salir del bache que tenemos actualmente. La fortaleza es la gente, la capacidad de resiliencia y la de emprender, pero no lo podemos hacer solos. Siempre recuerdo el miedo al mercado europeo en nuestra integración en la UE, y fue una historia de éxito donde nuestra gente, o gran parte, lo hicieron posible.
¿Dónde estará el punto de equilibrio entre el gasto social y la inversión?
No son contrapuestas. Recientemente el Fondo Monetario Internacional señala la necesidad de inversión, y específicamente de inversión pública, para reactivar la economía, y reactivando la economía resolveremos una parte de la cuestión social, y generaremos más ingresos, por la vía impositiva, para pagar gasto social. Ahora toca un binomio, pero hay que reforzar la reactivación, pues se ha parado la maquinaria para atender cuestión de salud, y tocará de nuevo arrancarla.
¿Cómo cree que se podrán canalizar las ayudas europeas al sector de la construcción?
A partir de las directrices europeas de hacia dónde deben ir el destino de los fondos extraordinarios, parece que servirán especialmente para la rehabilitación (y más en concreto la asociada a eficiencia energética) y por las obras públicas de carácter más sostenible, como podría ser, por ejemplo, los alrededores, o dotarse de infraestructuras para los vehículos eléctricos.