resumen

El radón es un gas radiactivo, de origen natural, que se produce a partir de la desintegración radiactiva natural del uranio. No tiene olor, color, ni sabor y lo podemos tener presente en el interior de los edificios, siendo la segunda causa de cáncer de pulmón en las personas. ¿Qué es? Como lo podemos detectar? Como medirlo? ¿Qué medidas preventivas podemos ejecutar en los edificios? En este artículo se dan algunas pinceladas introductorias para poder conocerlo un poco mejor.
 
Para conseguir una reducción del riesgo de exposición al radón en los edificios aparecen unas nuevas medidas que serán necesarias implementar en los edificios de obra nueva y unas medidas de mitigación en los edificios existentes que serán de amplio alcance. Este hecho supondrá un esfuerzo de sensibilización, asesoramiento y de información al ciudadano y paralelamente se abre un nuevo reto para el sector de la edificación que tendrá que afrontar con el máximo rigor profesional, siendo una situación especialmente sensible en los edificios existentes, ya que es donde vive, estudia o trabaja la mayor parte de la población. Esto no es nuevo para nuestro sector, ya que en los años 90 tuvo que afrontar unos retos similares, como fueron la diagnosis e intervención en techos con presencia de cemento aluminoso o con el desamiantado de muchos elementos constructivos presentes en los edificios.
 
En todo caso, y de la misma forma que se hizo en aquella ocasión será necesario que los profesionales del sector se formen en estos ámbitos, pudiéndose abrir nuevos nichos de mercado y campos para la especialización profesional.
 
Habrá, pues, que estar atentos a la nueva sección del documento básico DB HS que finalmente se publique, así como a los cambios que todo este reto comportará para nuestro sector.

 

(Artículo publicado con autoritzación del Col·legi d’Aparelladors, Arquitectes Tècnics i Enginyers d’Edificació de Barcelona y del autor).
 

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