Lo que os queremos compartir aquí es una confidencia de gran valor organizacional y tal vez filosófico: os queremos explicar cómo lo hemos hecho en TRAC para obtener resultados en tiempos de grandes incertidumbres económicas, en tiempos de concatenación de momentos sociales y económicos complejos.
Todo empezaba con la crisis de las hipotecas subprime del 2008, aquí convertida en la crisis del ladrillo hasta el 2016, después la crisis de la polarización política de 2018, para continuar con la crisis de la pandemia de 2020, la crisis de suministros, precios y transportes post-pandemia de 2021, y la crisis del gas y de la energía debido a la guerra de Ucrania en 2022. Y así vamos de bache a bache, ahora la economía se hincha, ahora se deshincha, ahora un nuevo susto, y siempre ciclos cortos, demasiado cortos, alta volatilidad y caídas periódicas de la estabilidad económica y social, lógica respuesta al momento de cambio sistémico, de paradigma social y climático del segundo cuarto de siglo XXI.
Y en este navegar por este nuevo paradigma, en TRAC siempre hemos mantenido un resultado positivo de nuestra actividad, ejercicio tras ejercicio, en el mejor de los casos obteniendo un resultado del 8% antes de impuestos y en el peor de los casos obteniendo un 3 %, pero siempre dentro de un margen de resultado prudente y seguro para la organización, para las personas y, también, no lo olvidemos, para sus stakeholders, entre los que te encuentras tú, que estás leyendo éste texto.
Una primera explicación de cómo hemos conseguido resultados en tiempos de incertidumbre la encontramos en la definición de nuestra misión corporativa, profundamente pensada y construida, con cuidado filosófico y experiencial a lo largo de casi treinta años de nuestra corta historia.
Nuestra misión dice así, en su primer párrafo:
Responder a la necesidad social local de rehabilitación de edificios urbanos, mediante un servicio de máxima calidad de contratista mayor de obras de rehabilitación de edificios urbanos, de relación valor/precio “más por más”, basado en el buen management (Drucker, Kotller, etc.), el Lean Management (Womack, Jones, etc.), la justa rentabilidad (5-10%), el justo tamaño (Estoicismo), la felicidad del trabajador (cultura, ethos, eudaimonía, frónesis, autorrealización), la felicidad del colaborador (cadena de valor), la experiencia del cliente, la experiencia social (stakeholders) y la sostenibilidad (solvencia, marca, crecimiento potencial sostenible, adaptabilidad a los cambios, valor transgeneracional, valor RSC y ODS).
Y termina con este segundo párrafo:
Ser organización de ciclo virtuoso, en equilibrio de género, basado en personas de personalidad prudente, fuerte, templada, justa, con alta capacidad de trabajo y productividad en equipo, sensible, culta, bondadosa, educada y positiva.
Éste es, pues, nuestro primer secreto al descubierto: una misión clara y alentadora, fundamentada en el buen management pero también con una clara vertiente humanista, enfocada hacia la verdadera realización del ser humano, consistente en desarrollar el potencial productivo humano a través de la obra de la vida, la práctica de las virtudes del ser y hacer.
Entendemos así el trabajo como un medio de desarrollo y perfeccionamiento de las personas, entendiendo a la empresa como un conjunto de personas que se esfuerzan en conseguir una meta común a través de la aportación personal y diversa de cada una de ellas. Trabajadores que desarrollamos nuestras habilidades, cualidades y virtudes en la mayor medida posible y que hallamos nuestra máxima expresión individual en el camino de la búsqueda de la excelencia en el trabajo y la creación cotidiana. Nuestro ethos, nuestra cultura nos guían como personas trabajadoras con diferentes capacidades y conocimientos realizando diferentes trabajos y construyendo la empresa sobre la comunicación y la responsabilidad individual, donde cada trabajador adoptamos un papel directivo hacia nosotros mismos y hacia la misión colectiva.
Practicamos el trabajo como actividad humana que transforma directa o indirectamente lo externo, el mundo en general, y a través del cual nuestra persona se transforma y perfecciona a sí misma como ser individual y social.
Una visión, misión y valores de enriquecimiento común, constantemente comunicados y transmitidos a los miembros de la organización, escuchando y enriqueciéndonos con las voces ascendentes y descendientes internas, produciendo y experimentando una cultura de la organización que nos proporciona una perspectiva integral que da sentido a nuestro trabajo, una visión de nuestra identidad y misión.
La sociedad del siglo XXI, la del conocimiento, la de la Tercera Revolución Industrial de Rifkin, la del cambio climático, la del cambio sistémico, la de los siete mil millones de habitantes en el planeta, la de la globalización, la de la conciencia de mundo único (Erich Fromm), la de la conciencia de una sola naturaleza y una sola humanidad, se muestra como una sociedad donde el máximo criterio ya no es la productividad, sino la calidad y la sostenibilidad basada en la creatividad y la iniciativa ética sumada y realizada en la buena organización.
En estos valores se encuentra la esencia del potencial adaptativo y resiliente de TRAC, como equipo y como empresa, frente a las crisis y ciclos cambiantes constantes. Y en base a todos estos valores, construimos cada ejercicio un presupuesto equilibrado y sostenible que respete la misión y nuestros principios corporativos, estos que os presentamos:
Los principios corporativos TRAC
- Personas
- Trabajo
- Cultura
- Especialización
- Liderazgo y dirección
- Institución
- Mercado y clientes
- Producto
- Estándares de calidad
- Topes
- Precios y rentabilidad
- Pedidos, concursos, estudios y contratación
- Pool Industrial y colaboradores
- Producción, gestión de obras y servicio post-obra
- Responsabilidad Social y ODS
- Formación
- Contingencias
- Resiliencia
- Coste y rentabilidad
- Proyección y sostenibilidad
También podemos explicaros que siempre nos aplicamos los principios socráticos de prudencia, fortaleza, justicia y templanza y que intentamos que éstos estén presentes y condicionen todo lo que hacemos.
Y nuestra prudencia nos lleva a ser buenos ahorradores y buenos inversores en nuestra estructura y organización, de modo que a lo largo de los años hemos acumulado saber, solvencia y recursos, hemos podido construir nuestro propio sistema TIC y tenerlo constantemente actualizado, para poder extraer mucha información indicadora de trabajo y de resultado y poder anticipar y realizar previsiones a corto, medio y largo plazo.
Y así hemos consolidado una fortaleza económica que nos permite mantener unos estados financieros solventes y afrontar las inversiones necesarias en requerimientos tecnológicos, estructurales y culturales a los que nos ha retado cada cambio de paradigma. Y también hemos podido atender a los requerimientos de crecimiento potencial sostenible y prudente de la empresa, que nos garantiza la competitividad y los planes de carrera internos y de autoabastecimiento de talento TRAC, a la vez que nos permite, en caso de necesidad, incentivar la demanda o ayudar a nuestros clientes y colaboradores.
Por último, nada mejor que mostraros algunos de estos principios corporativos clave que constan en el Manual del Buen Gobierno de nuestra organización:
Principio 17: Contingencias
Las principales contingencias que pueda sufrir la organización están cubiertas por la política y práctica general de la empresa basada en la prudencia y templanza, practicadas y maduradas con éxito durante treinta años. En consecuencia, por la gran fuerza acumulada basada en una cultura interna común, un equipo humano y profesional especializado, un know how competente, unos buenos lazos con terceros (stakeholders), unos ratios económicos solventes, unos estados financieros sólidos y una autoridad de marca relevante.
El análisis constante, sistematizado y procedimentado de KPIs, basado en una tecnología TIC y BI de muy alto nivel, más procedimientos de análisis estratégico anticipativo de los Consejos de Dirección Internos mensuales, análisis estratégico anticipativo de los Consejos de Dirección con consejeros externos trimestrales, más las reuniones de Alta Dirección semestrales, son garante de que TRAC sufra muy pocas contingencias, habiendo demostrado que las grandes contingencias, las grandes crisis aparecidas abruptamente y no anticipables, ya sean de carácter endógeno (pérdida de profesionales clave) o exógeno (crisis sistémicas, crisis de la construcción 2009, crisis de la pandemia del Covid 2020, etc.) han sido afrontadas de forma eficiente y con buen resultado.
Si aparece la contingencia, disponemos de los recursos económicos y de organización, directivos y consejeros, y tenemos la experiencia para generar los planes de gestión de contingencias adecuadas.
Principio 18: Resiliencia
La resiliencia es y debe ser siempre una capacidad básica de la organización.
Principio 19: Coste y rentabilidad
Los costes directos e indirectos de obra o de empresa, la base de precios y los precios y la oferta deben ser competitivos a nivel local considerados en franja de competencia de relación calidad/servicio de "más por más".
La rentabilidad debe ser templada, de calidad sectorial suficiente y estar entre el 5% y el 10% del resultado de explotación por ejercicio.
Principio 21: Proyección y sostenibilidad
La proyección de la organización, si se respetan y cumplen virtuosamente la misión y sus principios, considerando el camino de la sostenibilidad, el momento protagonista de la rehabilitación de los edificios urbanos en el Green Deal del siglo XXI, la demanda potencial de los próximos 50 años (sin tener en consideración el potencial de crecimiento de la firma vía adquisiciones de otras empresas o entrada en otros sectores de negocio) está asegurada en modelo, eficiencia y rentabilidad a largo plazo.