TRAC ha realizado una nueva sesión sobre filosofía enmarcada en su plan formativo anual orientado a las humanidades y dirigido a la plantilla. Esta formación, que ha llevado el título "Del tener al ser: fundamentos para el desarrollo de una sabiduría práctica y un arte de vivir", y dirigida por el Doctor en Filosofía Joan González Guardiola, ha sido una nueva oportunidad para toda la plantilla TRAC de reflexionar en torno a estos conceptos presentes no sólo en el ámbito personal sino también en la concepción de la gestión empresarial.
 
Del tener al ser: dos orientaciones vitales
 
El pensamiento de Erich Fromm, uno de los filósofos y psicoanalistas más influyentes del siglo XX, nos ofrece una profunda reflexión sobre la felicidad y el sentido de la vida. En un mundo en el que los ideales ilustrados han sido erosionados, Fromm nos invita a redescubrir una filosofía que oriente nuestra existencia hacia una vida más plena y auténtica. Su concepto de la felicidad se centra en la distinción entre "tener" y "ser", dos formas fundamentales de existencia que definen nuestra relación con el mundo y con nosotros mismos.
 
Fromm identifica estas dos formas de orientarse al mundo, el tener y el ser, que no son sólo formas diferentes de vivir, sino estructuras de carácter que influencian profundamente la totalidad de lo que pensamos, sentimos y hacemos. Cuando una persona orienta su vida hacia el tener, define su existencia por lo que posee y por lo que puede llegar a tener. Esto incluye tanto objetos materiales como relaciones personales, donde otras personas pueden convertirse en objetos de posesión bajo el disfraz de responsabilidad y cuidado.
 
En contraste, la orientación hacia el ser implica vivir a través de las energías humanas como el amor, la razón y la actividad productiva. Estas energías se desarrollan y crecen a medida que se practican y comparten, a diferencia de los objetos del tener que se consumen con su uso. La orientación hacia el ser se manifiesta en la capacidad de percibir, conocer y asimilar lo desconocido y extraño, tanto dentro de nosotros como en el mundo exterior, estrechando nuestra relación con nosotros mismos y con nuestro entorno.
 
La reflexión filosófica no sólo es relevante a nivel personal, sino que tiene gran importancia en el contexto empresarial. Formarse en filosofía puede ser un camino de transformación de la cultura de una empresa. Promueve una orientación hacia el ser que fomenta el crecimiento personal de los trabajadores, el enriquecimiento de las relaciones interpersonales y una mayor creatividad y productividad. En un mundo corporativo a menudo dominado por la orientación hacia el tener, incorporar una filosofía del ser puede llevar a un cambio significativo en la forma en que las empresas operan y cómo los trabajadores viven su vida laboral.
 
 

 

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