Durante la crisis, la construcción fijó los ojos en la rehabilitación de viviendas e incluso el Gobierno lo hizo. Sin embargo, las expectativas no han sido confirmadas. Ni se rehabilita tanto ni el sector puede absorber el trabajo que generó la construcción de edificios. Pero aunque con menos potencia, la rehabilitación es un sector con presente y mucho futuro.
La rehabilitación no sólo genera ahorros, sino que mejora la calidad de vida. Tal y como destacan desde el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), rehabilitar los edificios es una actividad que supone muchos beneficios: permite la incorporación de tecnologías avanzadas, ahorra en gasto energético, reduce el impacto medioambiental , genera trabajo sostenible, reduce la dependencia energética del exterior y la pobreza energética y, finalmente, supone un incremento de la producción y actividad económica del país.
La rehabilitación es rentable en todos los sectores edificatorios. En vivienda, la amortización se produce a más largo plazo, por lo que requiere incentivos adicionales. Todos los elementos del edificio tienen potencial de ahorro. La intervención a nivel de barrios es beneficiosa: reduce gastos, redunda en beneficio de todos los ciudadanos y aumenta la viabilidad. Es necesario concienciar al ciudadano: la rehabilitación no sólo generará ahorros que ayudarán a financiar, sino que también mejorará su calidad de vida.
El IDAE repasa algunos de los argumentos que hacen deseable la rehabilitación:
De necesidad
España cuenta con 25 millones de viviendas y uno de los más grandes parques de edificios obsoletos energéticamente. Se calcula que hay unos dos millones de viviendas en mal estado de conservación. En materia de eficiencia energética, el déficit es muy importante: el 90% de los edificios son anteriores a la aplicación del Código Técnico de la Edificación y el 60% de las viviendas españolas se construyeron sin ninguna normativa de eficiencia energética.
De cumplimiento legal
La Estrategia de rehabilitación a largo plazo es una obligación que establece la Directiva 2012/27 / UE de eficiencia energética. Los planes de rehabilitación deberán incluir todo el parque nacional de edificios, residenciales y comerciales, tanto público como privado.
Según el Plan Nacional de Acción en Eficiencia Energética (PNAEE 2014 a 2020), el parque edificatorio comprende diez millones de edificios de los que 9,7 millones son de uso residencial y el resto, terciario. El sector de los edificios representa el 30% del consumo final de energía, correspondiendo el 18% a las viviendas y el 12% en el sector terciario. El parque edificatorio concentra un tercio de las emisiones de gases de efecto invernadero.
Desde abril de 2013, España cuenta con un nuevo Plan Integral de Vivienda y Suelo que supone un conjunto de medidas:
- Ley de rehabilitación, renovación y regeneración urbanas
- Plan Estatal de alquiler y rehabilitación
- Certificación energética de los edificios
- Revisión del RITE (Reglamento de Instalaciones • instalaciones Térmicas de los Edificios)
De oportunidad, trabajo y mercado
Se calcula que existe un importante potencial de ahorro y hasta ahora la actividad en el ámbito de la renovación ha sido muy escasa, prácticamente sólo motivada por la Inspección Técnica de los Edificios de los Ayuntamientos. El principal problema es el de la financiación y el retorno de la inversión.
Según la Comisión de Infraestructuras y urbanismo de la CEOE, la actuación en unos 250.000 viviendas por año, con una media de 15.000 euros por intervención (desde la pequeña reforma hasta la rehabilitación integral) puede suponer 135.000 puestos de trabajo directos. Además, en España la construcción de nuevos edificios se ha reducido de forma muy relevante: se calcula que en 2050 los edificios nuevos construidos desde ahora y hasta ese año representarán como máximo un 10% del parque de edificios existente.