El apetitoso negocio de la rehabilitación, presentado en los últimos años como la tabla de salvación para el sector de la construcción, está atrayendo cada vez más a grandes grupos constructores, como consecuencia de la escasez de obra nueva.
Esta circunstancia junto a la dificultad para obtener financiación está agravando de forma determinante la situación de las constructoras especialistas, que con menor tamaño no pueden competir y mantener al mismo tiempo su estructura. En este sentido, muchas de ellas se han visto abocadas al ya tristemente conocido concurso de acreedores e incluso al cese de actividad.
No obstante y pese a haber sufrido en 2013 una caída en su facturación cercana al 23,5%, el temporal parece estar remitiendo y quizás sea 2014 el punto de inflexión desde el que empezar a crecer. Así, los principales representantes del sector apuntan ya un tímido crecimiento para el presente 2014, que oscilará entre la media del 0,3% que indican las constructoras especialistas y el 0,7% que prevé el grupo Euroconstruct. De hecho, este año ha comenzado ya con un repunte en los visados para rehabilitación.
Precisamente para impulsar la rehabilitación, el gobierno aprobaba hace poco más de un año la nueva Ley de Rehabilitación, Regeneración y Renovación Urbana, el Plan Estatal de Vivienda 2013-2016, y la actualización del Código Técnico de la Edificación (CTE) en materia de eficiencia energética.
Sin embargo y tras este tiempo en vigor, las principales constructoras especialistas consideran estas medidas todavía insuficientes y reclaman mayor financiación y organismos de información y control de las ayudas, entre otras cuestiones. En estas circunstancias y dadas las dificultades económicas y la elevada competencia, muchas de las empresas han salido a buscar nuevos clientes fuera de nuestras fronteras.