Se trata de un edificio posmodernista del año 1936 que se encuentra en muy mal estado, debido principalmente a la oxidación de los elementos metálicos y a la degradación del estuco de la fachada.
Los marcos de piedra artificial están en un estado tan precario que muchos de ellos deberán eliminarse, extrayendo previamente los moldes correspondientes de modo que se puedan reconstruir a imagen de los originales. Del mismo modo, los balcones de piedra artificial se derribarán para a continuación construir otros nuevos.
El estuco, que en muchas zonas está completamente deshecho, deberá rehacerse reproduciendo su despiece y las diferentes texturas, así como recuperando las zonas con esgrafiados.
Además se decaparán las capas de pintura existentes sobre muchos de los elementos de la fachada y se aplicará un nuevo revestimiento a base de silicatos, recuperando así los colores originales, según el estudio del color realizado previamente.
De este modo se completará la rehabilitación integral de un edificio en muy mal estado, el duodécimo de los edificios recuperados por TRAC en la Barceloneta.